jueves, abril 24, 2025

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Consejos para el cuidado de un coche diésel

Trucos para que tu motor diésel dure mucho más.

El mantenimiento de los coches, ya sean de gasolina o diésel, es crucial para garantizar una conducción segura. El mantenimiento de los motores diésel difiere un poco del de los motores de gasolina debido a su estructura distinta. La diferencia fundamental radica en el proceso de combustión y en las medidas para limitar las emisiones de sustancias nocivas. Los motores diésel suelen requerir un mantenimiento más específico en componentes como los inyectores, el filtro de partículas y el sistema de recirculación de gases de escape (EGR), mientras que los motores de gasolina pueden necesitar un enfoque diferente en aspectos como las bujías y el sistema de encendido. Ambos tipos de motores, sin embargo, requieren revisiones periódicas y cuidado adecuado para funcionar de manera eficiente y segura.

Consejos para el mantenimiento y cuidado de un coche diésel

A continuación, recogemos y listamos unos consejos de Eurotaller para el mantenimiento de este tipo de motores. Los puntos a observar son:

  • Filtro de combustible. No debes omitir las recomendaciones del fabricante en cuanto al cambio del filtro de combustible. Juega un papel clave en un vehículo, puesto que se encarga de evitar la acumulación de partículas contaminantes en todo el circuito de alimentación, motor y escape.
  • Filtro de partículas. No lo llevan todos los diésel, aunque cada vez es más habitual en los modelos nuevos para cumplir con la normativa anticontaminación Euro VI. Para alargar su vida útil debes respetar su mantenimiento y evitar los trayectos cortos, por lo que es recomendable circular por carretera, a unos 3.000 rpm durante unos 15 minutos.
  • Cambio de aceite. Los aceites sintéticos protegen más, y no debes pasar por alto las indicaciones estipuladas por el fabricante en cuanto a su cambio. Trata de elegir siempre aceites de calidad.
  • Válvula ERG es un elemento anticontaminación que equipan este tipo de coches. Su labor es recircular parte de los gases que salen por el escape hacia la admisión, es decir, reintroducir el humo de la combustión del motor en los cilindros para así reducir las emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx). Lo malo es que a veces esta válvula es fuente de problemas por la acumulación de partículas de los gases de escape. Si notas pérdidas de fuerza del motor a bajas vueltas, es un punto a mirar.
  • Turbo. Este componente suele dar fallos si se hace un mal uso del mismo, es decir, si lo fuerzas cuando la temperatura es aun baja o si después de un largo trayecto paras el motor de golpe.
  • Caudalímetro. Se encarga de medir la cantidad de aire que entra en el circuito de alimentación en los diésel. Síntomas de que puede estar fallando son: un exceso de humo, sentir un ralentí irregular o un funcionamiento pobre de potencia.
  • Filtro de aceite. Es aconsejable cambiarlo cada vez que se sustituya el propio aceite para evitar contaminar con restos de partículas el aceite nuevo.
  • Calentadores o bujías de precalentamiento. Puesto que los motores diésel encienden con el calor de la combustión, por lo general necesitan ayuda cuando llega el frío del invierno. Y esta ayuda viene proporcionada con los calentadores. Si tu coche es de arranque por llave y no por botón, espera siempre esos 3 o 4 segundos que tarda en apagarse el testigo de los calentadores para arrancar el motor. Si el testigo se mantiene encendido una vez arrancado puede que alguno de los calentadores no funcione.
  • Color del humo. Cuando el motor ha adquirido su temperatura de funcionamiento no debe producir humos anormales por la salida del escape. Si ello se produce es señal de la existencia de alguna avería. Los humos anormales pueden ser de tres coloraciones básicas: negros, azules y blancos.

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